Viniendo con Alice (Cullen)

Realmente me habia sabido mal ver asi a mi hermana, pero no podia pasar por ahi, no por tener un vulturi cerca de mi esposa y mi hija... Aquello era lo unico que no aceptaria en la vida, pero si bien Alice se merecia algo de felicidad...
-Alice... de verdad lo siento... -dije sin moverme del sitio- Procuraré llevar esto de la mejor forma que pueda, de veras... -dije con total sinceridad. De repente Nessie entró en casa y me percaté de que llegaba tarde, fruncí el ceño molesto con ella y dispuesto a echarle la bronca, cuando mi vigilancia de la mente de Marco me puso en alerta, un simple segundo de querer deborar a mi hija era suficiente para cabrearme... Lo fulminé con la mirada y me interpuse entre su mirada y Ness...
-Tu aqui quieta... -dije a Nessie sin dejar de mirar a Marco- Procura controlar mejor tus pensamientos, al menos en mi presencia... No quiero tener que pelearme con mi hermana por intentar acabar contigo... -dije absolutamente serio-

Hice una leve reverencia con la cabeza a Edward, a modo de disculpa.
Lo siento, no estoy acostumbrado a vivir a base de sangre animal... Perdóname.

-Edward, ya vale, en esta vida no sólo están Bella y Ness, no te das cuenta?
Es un vulturi, sí, y qué? Tanto te ciega tu sobreprotección que no te das cuenta de que es totalmente distinto al resto? De que ha tenido que huir por lo amargo que es estar allí? -Me levanto de donde estoy, incapaz de estar quieta durante mucho más tiempo y me pongo junto a Marco, sin rozarle, pero indicándole a mi hermano que estoy de su parte.
-No va a tocar a Nes, o a caso no te fías de mí? Es un híbrido, pero como tal tiene parte de vampiro, y mientras no haga nada, su deber no se interpondrá. Además, viene de tomar sangre humana... aunque sea algo en lo que no he pensado... -bajo la mirada un momento y la levanto decidida- si quiere seguir haciéndolo estoy segura de que lo hará con mucha prudencia y fuera de estos límites, y si no, siempre le ayudaremos a cambiar, como lo hemos hecho con todos nosotros.
No he levantado la voz ni un ápice, pero en mi tono se notaba determinación.
-Y, sé que con esto conseguirás entenderme un poco más... le quiero, y le quiero lo suficiente como para enfrentarme a los vulturi si vienen. Ah, y ten por seguro que aprenderá a bloquear sus pensamientos como yo.
Dicho esto me callo, me quedo impasible sin saber la reacción del resto, casi sin importarme.